¿Por qué las ideas de negocios no se concretan? El proceso que se olvida

Las ideas de negocios deben gestarse en la mente del emprendedor o en el “cerebro corporativo”, nunca en el mercado. La gestación es un proceso reflexivo no operativo.

Dirán algunos que las buenas ideas de negocios no se concretan por defectos en su ejecución, y tienen razón. Llevar a la práctica una buena idea no es fácil (curiosamente en más sencillo ejecutar “mala ideas”) . Sin embargo, existe un motivo más importante por el que se da el problema: el no entender que toda idea de negocios necesita un periodo de gestación antes que se produzca el parto o “vea la luz”.

Cuando emergen buenas ideas de negocios sólo se produce una concepción, igual que sucede cuando el espermatozoide se une con el óvulo en el vientre materno. Constituye únicamente el momento mágico que da inicio a una nueva vida. Luego tienen que transcurrir 9 largos meses para que ésa vida ocupe el mundo.

Sería justo reconocer que una buena idea es igual que “ése” pequeño espermatozoide que ha triunfado sobre muchos otros para alcanzar el objetivo, pero finalmente solo produce la concepción, el inicio de un largo y maravilloso proceso.

No se puede transitar de la concepción al alumbramiento inmediatamente. Esto quiere decir que no se pueden tener buenas ideas de negocios y colocarlas de inmediato en práctica. Ello no tiene nada que ver con virtudes o defectos de la propia implementación. La gestación no tiene nada que ver con la ejecución.

Las ideas deben gestarse en la mente del emprendedor o en el “cerebro corporativo”, nunca en el mercado. La gestación es un proceso reflexivo no operativo.

Buenas ideas de negocios pueden surgir en gran número y velocidad, pero son solo células fecundadas en tanto no tengan un razonable y enriquecedor proceso de gestación. Y luego, por supuesto, puedan ejecutarse apropiadamente. Esto último ya es un paralelo a lo que sucede con un bebe en los primeros meses de crianza.

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ideas de negocios

Hay personas y organizaciones muy “fecundas” en la producción de ideas, pero si no existe paciencia para procesarlas y enriquecerlas antes de “darlas a luz”, de poco sirve.

Estos son los factores que toman parte en el proceso de gestación de las buenas ideas de negocios:

Tiempo.-

El pensador estratégico (que a propósito, es un gran productor de ideas), sabe perfectamente que el tiempo debe jugar siempre a favor y nunca en contra, y ello es completamente aplicable a éste tema.

Las buenas ideas de negocios necesitan madurar con el tiempo, trascender los interrogantes y cuestionamientos que éste plantea progresivamente. De esta manera se desarrollan y fortalecen, así toman forma concreta y funcional.

Cuando están sometidas a presión negativa de tiempo, las ideas tienen “partos prematuros”, débiles y riesgosos.

Ahora bien, no existe un tiempo específico que considerar en este asunto. No hay recetas. Existen registros de ideas que maduraron la mitad de la vida de una persona y recién se hicieron realidad, como en el caso de Roy Krok, el creador de Mc Donald´s. Y otras que toman semanas o pocos meses.

Las buenas ideas de negocios debe someterse al transcurrir de un periodo de tiempo, esto es lo importante. Aquel que finalmente le plantee seguridad al creador sobre su solidez, confiabilidad y viabilidad. No hay que suponer nunca que “ésa” idea concebida en la ducha, es una “criatura” capaz de interactuar inmediatamente con la realidad, es solo la “célula fecundada”.

Reflexión.-

Esto es “pensar o considerar algo con atención y detenimiento, para estudiarlo o comprenderlo bien”.

No se trata solo de “pensar” en la idea, hay que hacerlo con atención (concentración, enfoque), y detenimiento. Estudiarla hasta comprenderla bien. Modificarla, pulirla, darle forma progresivamente.

Las buenas ideas de negocios son una entidad absorbente, giran en la mente a toda velocidad y a cada instante. Toman posesión de su creador y le exigen dedicación. No amerita sólo pensar en ellas, debe hacérselo con detenimiento, estudio y comprensión. Esto es reflexionar.

Interacción.-

A medida que la idea toma cuerpo en la mente, es indispensable interactuar con otras personas para someterla a prueba. Muchos no le otorgan crédito a esto y cometen un lamentable error.

Frecuentemente existe temor a que una buena idea sea copiada o hurtada por otros, y por ello se  mantiene reserva. Pero si las cosas se hacen bien, estos extremos no tienen por qué manifestarse. No se trata, por supuesto, de compartir inquietudes con competidores o personas que tengan afanes similares, pero deben someterse necesariamente al juicio de alguien más.

La participación de otras personas suma energía a la gestación, la enriquece, muestra puntos muertos en la visualización de las cosas y evita la comisión de errores. El valor de esto supera en mucho el riesgo que la idea trascienda prematuramente.

Gracias a la interacción se supera ésa tendencia que tienen los emprendedores al autoengaño y el auto convencimiento, e igualmente la lógica que existe en las organizaciones de no “objetar” las ideas del jefe o situarse en la comodidad del flujo convencional de las cosas.

Las buenas ideas de negocios deben colocarse “bajo fuego”. En tanto más, mejor. Y ello solo es posible a partir de la interacción.

Visualización del mercado.-

Esto no tiene nada que ver con un estudio de mercado. Es más, éste último no siempre es recomendable en el proceso de gestación. Las buenas ideas de negocios pocas veces tienen antecedentes o referentes en el mercado, en ello radica precisamente su valor. ¿Qué hubiera sido de la idea de masificación del automóvil si Henry Ford hubiera hecho previamente un estudio de mercado de los que se conocen ahora?

Lo que se necesita es “visualizar” el mercado. Tener un buen conocimiento de él y las dinámicas fundamentales que afectarán la idea una vez que se haya materializado.

El “Strategos” tiene conocimiento del Teatro de Operaciones, pero no es topógrafo o meteorólogo. Esto viene después. Al principio solo es necesario apreciar bien el terreno, lo que lo ocupa y circunda.

Argumentación de las buenas ideas de negocios.-

Este es un aspecto fundamental. No basta concebir y gestar buenas ideas de negocios, hay que tener la capacidad de “venderlas” a los demás. Sin habilidades de ventas nada funciona bien en la vida. Todo concluye en un cesto grande de buenas intenciones.

Si las personas que sean necesarias para eventualmente ejecutar la idea no llegan a convencerse e impregnarse de las mismas emociones que tiene el creador, o bien la idea es mala o lo que es peor, no han existido las habilidades necesarias de argumentación y convencimiento.

Debe existir una básica capacidad de argumentar con detractores, pesimistas e incrédulos. Esto mismo enriquece el proceso de gestación, pero sobre todo garantiza que exista el apoyo fundamental para que la idea trascienda los procesos mentales en algún momento.

Los argumentos son consideraciones, justificaciones, sustentos y sensibilizaciones de la idea que el creador debe tener ordenadas y preparadas. Las buenas ideas de negocios posiblemente puedan considerarse procesos creativos de orden  artístico, pero no deben tratarse como obras de arte sujetas a la interpretación del espectador. Tienen forma definida y deben entenderse y aplicarse así. Eso requiere argumentación profesional.

La transición de la gestación a la ejecución.-

Un recién nacido ni siquiera es un bebe en todo el sentido de la palabra. Es una criatura frágil e indefensa. Precisa un trato especial.

Antes de poner en práctica la implementación, la idea debe adecuarse a un “calce estratégico” entre el autor (es) y el equipo designado para hacerla realidad. El “calce” involucra un trabajo conjunto y sinérgico entre quienes conocen la idea y los que saben cómo ejecutarla. Ambas capacidades no siempre se reúnen en las mismas personas. El calce es “estratégico” porque debe existir entre las partes una venta de posiciones e interpretaciones. Argumentación y debate. Es necesario. Todas las aristas deben pulirse internamente antes de exponerse al mercado.

Conclusión.-

El individuo creativo, sea un emprendedor o la Organización que involucra esfuerzos en ello, es como una madre gestante. La concepción es apenas una parte mágica del proceso. Luego hay un periodo en que el ser toma forma, lenta y sanamente, al menos si se invierten los cuidados necesarios.

Con las buenas ideas de negocios es necesario tener la paciencia y el cariño que tiene una madre con su estado. No es fácil. Pero en ello mismo reside la oportunidad de destacar.

La ejecución de la idea es otra cosa. Otro proceso complejo en el que también se arriesga el potencial de las intenciones y visiones. Eso forma parte de otro análisis, uno en el que, al menos, ya existe una criatura con vida propia.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

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