El bullying fiscal

No es broma. El uso del término ya será parte del argot cotidiano entre quienes trabajamos (o sea, millones de mexicanos); entre quienes sí tributamos (eso sí, 60 por ciento en la informalidad, sin pagar impuestos), entre quienes tenemos la probabilidad de recibir multas por algún error contable (sea intencional o no) y entre quienes podríamos ser exhibidos en la ya temible y repudiable “lista negra” del SAT. Entre broma y en serio, comentaba que volverse NINI PLUS no sería tan mala idea: ni trabajar, ni estudiar, ni tributar…pero, como hasta ahora no se ha descubierto una manera decente de allegarse dinero más que trabajando, el deseo de convertirnos en NINI PLUS no logra concretarse. El intento falla doblemente pues resulta que todos nuestros clientes solicitan factura por nuestros servicios, no se si son desconsiderados con nosotros o tampoco encontraron otra forma de manejar sus empresas legalmente, ni menos aún, logran de escabullirse del SAT.
Bueno, me disculpo por tanta ironía pero dicen que las pésimas noticias deben tomarse con humor, como la probabilidad de ser exhibido como contribuyente incumplido cuyo resultado inmediato es el escarnio y el morbo, y lo peor: aparecer en dichas listas debido a una equivocación del SAT como les sucedió a personajes de gran prestigio: el jurista Dr. Miguel Carbonell o el ex Pte. del IFE José Woldenberg quienes se inconformaron estruendosamente, pues los publicaron por error. Vaya, a ellos, conocidos, personajes de talla internacional, parece que les ofrecerán una disculpa pública por órdenes del propio Videgaray. Nada más que golpe dado… ¿Qué pretende el gobierno con una campaña mediática que genera un ambiente de zozobra y temor en los contribuyentes?
Pues se trata ni más ni menos que de bullying fiscal. ¿Es una exageración? Dice el abogado Luis Pérez de Acha que un sistema fiscal que necesita amenazar para recaudar, tiene una falla estructural en su operación, sobre todo porque la recaudación más efectiva es la voluntaria. “Si bien a nadie le gusta pagar, y ese es un fenómeno sociológico en todo el mundo, se facilita el pago no porque estemos asustados, sino porque hay una convicción de que se paga porque se recibe algo a cambio. Es decir, el pago se ve reflejado en servicios sociales, de educación, transporte. En pocas palabras, un ejercicio del gasto público eficiente y transparente, no corrupto”.
Para el Doctor en Derecho, pretender  aumentar la recaudación fiscal bajo la amenaza de ser exhibido, no solo es cuestionable, sino constituye una infamia. “Da la apariencia de que hubiera conductas ilícitas o graves, además, la publicación de la lista del SAT, es selectiva, discrecional, arbitraria y discriminatoria, un racismo tributario que denota falta de seriedad”.  Así las cosas, sea un exceso o no, todos los que contribuimos al PIB, que aportamos trabajo formal a nuestro México, debemos acostumbrarnos ahora a la nueva modalidad de acoso: el bullying fiscal. Les digo, convertirse en NINI PLUS no era tan mala idea!

Yvette Hesse E.

Dirección General Grupo Editorial Kankun